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LA SANA COSTUMBRE DE IR EN CONTRAMANO por Francisco Bestani

El pasado 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud declaró como pandemia al brote de Coronavirus Covid-19. A partir de las 00.00hs del 20 de marzo, el presidente de la nación Alberto Fernández decretó el aislamiento social obligatorio, conocido comúnmente como la cuarentena generalizada. Mientras tanto, la gran mayoría de los países de la región que subestimaron la situación y escatimaron en recursos y medidas, se encuentran hoy presos de su inacción.

Días atrás, el presidente mexicano López Obrador instaba a su pueblo a realizar sus actividades de manera corriente: "Salgan a comer, sigan con su vida normal". Actualmente, México ha sido catalogado en la fase 2 de la pandemia según la OMS, ingresando como país en la llamada zona roja de infección. En Brasil, el presidente Bolsonaro se negaba rotundamente a decretar el aislamiento con el fin de evitar el fuerte impacto que este pudiese provocar en la economía del país, elevando así la tensión social donde, cacerolazos y protestas mediante, el mandamás brasilero adoptó ciertas medidas para paliar el descontento. Al día de la fecha, Brasil registra 48 muertes y más de 2.200 contagios según números oficiales. Un poco menos drástico es el caso trasandino en el cual el presidente Piñera decretó el Estado de sitio. Previamente había sido declarado el "estado de catástrofe" del país, donde se presentaron distintas propuestas para salvaguardar la salud y la economía chilena. Cabe aclarar que hoy Chile cuenta con más de mil casos confirmados.

¿Y nuestro país? Ni una pandemia mundial fue capaz de sacarnos nuestro característico modo de tomar decisiones; esa tercera vía criolla (tantas veces utópica) que, con aciertos y errores, nos ha sabido traer más de un dolor de cabeza en nuestra historia reciente. Sin embargo, para sorpresa de propios y extraños, esta vez hemos sido gratamente célebres. Un gobierno que se encontraba (y se encuentra) reperfilando la deuda externa en su economía, en medio de conflictos con el campo y con la promesa de terminar con la "grieta" político-social de las últimas décadas, demostró junto con la mayor parte del espectro político marcar las prioridades de manera clara y (por el momento) relativamente eficiente. El gobierno de Fernández tuvo la tan necesaria y poco frecuente capacidad de pedirle una mano a la oposición. Esta última, entendiendo a la perfección el panorama, estuvo desde el primer minuto a la altura de las circunstancias. Un ejemplo que pinta la situación es la evidente colaboración de todos los gobernadores para efectivizar la cuarentena obligatoria en sus distritos, como también la imagen de Omar Perotti, Horacio Rodríguez Larreta, Axel Kicillof y Gerardo Morales (foto) en cadena nacional acompañando al presidente Fernández. Cadena nacional en la cual se adoptaron medidas de prevención alineadas a las recomendaciones de la OMS.

Observando cómo crecen los números de casos en la región bajo el aislamiento social obligatoria en estos primeros días, se puede concluir en que hemos actuado de manera más precavida que nuestros vecinos. Nuestra costumbre argentina de ir a contramano de sus principales aliados de la región fue esta vez lo más sano. Aun así, vale la pena enfatizar en que todo esfuerzo estatal será en vano si no se produce en total cooperación y solidaridad con el resto de los países latinoamericanos. Se resolverá de manera conjunta o no se resolverá en absoluto.



 
 
 

1 Comment


Ariel Mirra
Ariel Mirra
Apr 08, 2020

Me encantó la redacción y el lenguaje utilizado, junto con alguna que otra metáfora, para destacar un punto importante de la actualidad. clap clap.

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